martes, 11 de enero de 2011

Cinema Paradiso

Creo que a lo largo de nuestra vida, siempre nos preguntamos que es aquello que hace que nuestra existencia sea especial y diferente cada día. 
Yo, durante los últimos años de ésta creí haber obtenido la respuesta correcta: LA MÚSICA...
Merecidamente, los ansiosos deseos de que ella fuese el único motivo, me hicieron errar.

Es cierto que desde que abro los ojos por la mañana hasta que me despido del día y de la luz, lo que constantemente ronda mi cabeza es una melodía. Cuando salgo y siento el sol, la lluvia, el viento, el frío; cuando veo a un ser querido, doy un abrazo o simplemente me doy cuenta de lo genial que puede llegar a ser la gente. Hay veces en las que, aún intentando desconectar y dejar mi mente en blanco, una armonía surge de la nada para cubrir las paredes de mi conciencia del color de la nieve.

Sin embargo, había algo que me hacía no conformarme con la primera respuesta obtenida. Así que he seguido buscando durante mucho tiempo hasta darme cuenta, de que lo que ansiaba encontrar era algo con lo que llevaba conviviendo, afortunadamente, desde muchos años atrás.
Fue al abrir un poco más los ojos cuando vi de forma rotunda, sin que hubiese la menor duda, la única y certera solución posible:
Sólo en la relación que existe entre la música y mi vida se encuentra la fuente de mi felicidad.

Es la conexión entre ambas lo que hace que salte esa chispa que algunos llaman alegría, otros propósito y muchos otros sentido de vida.
Nada sería igual si saliese a la calle y el sol hubiese dejado de brillar, la lluvia de mojar o el viento de soplar. Si la gente hubiese dejado de ser tan genial o si mi cabeza hubiese dejado de intentar evadirse.
Sé que puede parecer una tontería, pero me ha llevado tiempo llegar a esta conclusión.

Como ejemplo pongo esta preciosa melodía, tema principal de la maravillosa película a la que pertenece, Cinema Paradiso, dirigida por Giuseppe Tornatore en 1988 y a la que puso música el ilustre Ennio Morricone.
Para todo aquel que tenga la gran suerte de haberla visto o el deseo de ahora hacerlo, podrá apreciar cómo el protagonista, Totó, tardó muchos años en darse cuenta de esto en lo que yo tan sólo creo haber descubierto el principio de un largo camino.

Por último, soy consciente y me alegra saber, que no todo el mundo compartirá esta idea, pero creo estar totalmente seguro de que lo que para mí se llama música... para una infinidad de personas tendrá ,afortunadamente, aún mayor infinidad de nombres.

Un saludo 
Alejandro Gómez





domingo, 2 de enero de 2011

Un año más - Mecano

¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!

Espero que hayáis pasado una buena noche de "Nochevieja" y un buen día de "Año nuevo" con vuestros amigos, familiares y seres queridos.
Como propósito hagamos todos, de una forma u otra, que este 2011 sea mejor aun si cabe que el año que hemos dejado atrás. Y estoy totalmente seguro de que si con esfuerzo e ilusión nos enfrentamos al día a día todos nuestros sueños y deseos se cumplirán.

Como regalo auditivo esta preciosa canción del grupo Mecano, uno de los más importantes de la historia musical no sólo de nuestro país.

Un fuerte abrazo y mucha suerte :)

Alejandro Gómez


Letra:

En la Puerta del Sol
como el año que fue
otra vez el champagne y la uvas
y el alquitrán, de alfombra están.

Los petardos que borran sonidos de ayer

y acaloran el ánimo
para aceptar que ya, pasó uno más.

Y en el reloj de antaño

como de año en año
cinco minutos más para la cuenta atrás.
Hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.

Marineros, soldados, solteros, casados, amantes, andante
s
y alguno que otro
cura despistao.

Entre gritos y pitos los españolitos

enormes, bajitos hacemos por una vez
algo a la vez.

Y en el reloj de antaño

como de año en año
cinco minutos más para la cuenta atrás.
Hacemos el balance de lo bueno y malo
cinco minutos antes
de la cuenta atrás.

Y aunque para las uvas hay algunos nuevos

a los que ya no están echaremos de menos
y a ver si espabilamos los que estamos vivos
y en el año que viene nos reímos.

1,2,3 y 4 y empieza otra vez

que la quinta es la una
y la sexta es la dos y así el siete es tres.

Y decimos adiós
y pedimos a Dios
que en el año que viene
a ver si en vez de un millón
pueden ser dos.

En la Puerta del Sol

como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán de alfombra están.